Rolls-Royce quiere fabricar la aeronave totalmente eléctrica más rápida del mundo. Es decir, aquí van a lo grande, siguiendo en la línea de lo que el fabricante ha mostrado en los últimos años, que va desde su primer ferry autónomo y un diminuto robot “cucaracha”, hasta su primer concepto de coche volador.
Este avión forma parte de un ambicioso proyecto conocido como ACCEL (ACCelerating the ELectrification of flight), y en él participan, además de Rolls-Royce, el fabricante de motores y controladores eléctricos YASA y la empresa de aviación Electroflight. Mientras que el dinero proviene del Instituto de Tecnología Aeroespacial (ATI), el Departamento de Estrategia Empresarial, Energética e Industrial del Reino Unido, e Innovate UK.
El avión de ACCEL es relativamente pequeño y tiene capacidad para un solo pasajero, utilizará un nuevo sistema de propulsión eléctrica desarrollado por Rolls-Royce que será probado en ionBird, un avión de pruebas, antes de ser instalado en el avión final.
Este sistema de propulsión consta de tres motores eléctricos axiales 750R de alta densidad, que funcionarán con energía almacenada en el paquete de baterías de mayor densidad hasta la fecha. Este paquete tiene 6.000 celdas y generará hasta 750 kW (1.005 CV), lo que proporcionará una autonomía de hasta 320 km con una sola carga, según la compañía.
Con todo esto, Rolls-Royce afirma que el avión será capaz de alcanzar velocidades de hasta 480 km/h. Y si todo funciona de acuerdo al plan, el avión intentará volar a esta velocidad durante la próxima primavera de 2020.
R/LC